Visualizar otras    

 

Didier Repellin, arquitecto jefe de los Monumentos Históricos

Hace unos diez años, llevé a unos presos a visitar las obras de restauración de la catedral de Lyon. ¡ Al término de la visita, varios le pidieron al jefe de obras que los contratara ! No se preguntaban si la obra era o no hermosa, simplemente estaban impresionados por lo que se puede hacer con las manos. Vieron a artesanos que amaban su quehacer, y que si había un error, rehacían la tarea. Los artesanos eran casi de sus mismas edades. Allí no había lugar para el énfasis ni para lo psicológico: era el propio trabajo el que daba testimonio. Sus vigilantes, inquietos por esta experiencia, salieron descolocados. ¡No habían previsto tal impacto! Hemos aislado demasiado a los monumentos. Estos deberían formar parte de la vida diaria de la gente. Yo creo que el patrimonio es fuente de esperanza para el futuro. El término “conservación” no debería existir. Habría que decirse promoción, desarrollo del patrimonio, porque su evolución no ha terminado y, sobre todo, ¡Porque se trata de un montón de antiguas piedras muertas!